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Le blog de Engineer Rodolfo Garcia Samano
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La humanidad no puede vivir con lo nuclear.

La humanidad no puede vivir con lo nuclear.

En menos de un mes entrará en vigor el protocolo de las naciones unidas que prohíbe el uso de armas nucleares.

La decisión fue tomada recientemente en la asamblea y aceptada por más de ciento veintidós países miembros de la ONU.

Es un logro que se inició en 1965 en Tlatelolco, cuando Alfonso García Robles emplazó a firmar el pacto de prohibición de armas nucleares en américa latina. Castro se negó. El tratado entró en vigor y desde entonces América Latina es zona libre de armas nucleares, con excepción de Cuba.

Esto se repetirá a escala planetaria, con excepción de Corea del norte.

Es un triunfo de la razón. Cada año el seis de Agosto en Hiroshima y el nueve del mismo mes en Nagasaki se realiza una ceremonia de recuerdo del holocausto nuclear de 1945. El pacto promete no más Hibakushas (gente radiada por la bomba atómica) y es el fervor por liberar a la tierra de esa pesadilla. El pacto debería llamarse Pacto de Hiroshima y de Nagasaki.

Del mismo modo que el tratado de Tlatelolco, el Pacto de Hiroshima y de Nagasaki debe hacer hincapié en la búsqueda de la PAZ. De este modo no se escuchará más la sirena de los ataques atómicos al pie del monte Konpira. Yo creo que la humanidad no puede vivir con la energía atómica. En marzo de 2011, el accidente nuclear de la central numero 1 de Fukushima causó terror pero no detuvo los reactores.

El horror de los Hibakushas (irradiados) no ha podido conmover a las autoridades japonesas para que firmen el pacto de Hiroshima y de Nagasaki. Tal es la cruda realidad de la carrera armamentista entre la izquierda y la derecha.

No soy ingenuo, la pugna izquierda-derecha no se va a acabar con una firma de declaración de buenas intenciones. Pero es bueno que el primer ministro japonés tome el papel de mediador para conciliar los intereses encontrados. No es válido que se imponga el pensamiento único pasando por encima de los otros. Esto ya no es cuestión de personas, es cuestión de cesar el caos.